Sucesiones testamentarias e intestamentarias o intestados

En su significado, el concepto ‘suceder’ señala que una persona sustituye a otra en una relación jurídica; esto implica un cambio en los titulares de un patrimonio (bienes, derechos y obligaciones), ya que un titular, heredero o legatario sigue y sucede a otro (autor de la sucesión).

Los sujetos a los que se traslada la titularidad del patrimonio del difunto pueden ser designados por él, caso en el que se habla de sucesión testamentaria o voluntaria; o bien, por la ley, configurándose entonces la sucesión legítima, conocida también como intestada o ab intestato.

Sucesión testamentaria

En la sucesión testamentaria es de vital importancia definir qué es el testamento: se trata de un acto personalísimo, revocable y libre, por el cual una persona dispone de sus bienes y derechos, y declara o cumple deberes para después de su muerte.

Sucesión legítima

Tiene lugar cuando el autor de la herencia no dispone de sus bienes mediante un testamento, ya sea porque no testó o porque solo se refirió a algunos bienes y no a todos, o porque su voluntad no puede cumplirse y no nombró sustitutos, o porque los herederos no pueden o no tienen la capacidad de acceder al haber hereditario.

El testamento debe ser otorgado por un individuo legalmente facultado para ello. En el caso, dicha facultad se reconoce a todas las personas, salvo aquellas que sean menores de dieciséis años o que habitual o accidentalmente no disfruten de su cabal juicio. Toda persona tiene derecho de otorgar el número de testamentos que desee, lo cual no quiere se traduce en que sean legalmente existentes y válidos todo, ya que se considerará como última voluntad, precisamente aquel testamento que haya sido el último otorgado en vida. En cualquier caso, la notaría o juez que conozca del trámite, solicitará que se haga de su conocimiento el contenido del último testamento.

Para que el testamento surta efectos es necesario que su autor manifieste expresamente su voluntad, pues, por ejemplo, si la da a conocer por señales o monosílabos, en respuesta a las preguntas que alguien más le formule, el testamento otorgado carecerá de validez. Es necesario que en su celebración se observen las formas y requisitos legalmente establecidos.

Además, se considera nulo el testamento cuando su autor, al otorgarlo, se encuentra bajo la influencia de amenazas contra su persona o sus bienes, o contra la persona o bienes de su cónyuge o de sus parientes; o bien, cuando es captado por dolo o fraude.

Como ya se comentó, la herencia es la sucesión de todos los bienes del difunto y de todos los derechos y obligaciones que no se extinguen por la muerte. Por lo tanto, en materia fiscal, si esta persona es un contribuyente, no se termina con la muerte el pago de sus impuestos.

Si existen deudas, en primer lugar, serán pagadas las deudas mortuorias que se pagarán con el cuerpo de la herencia, en segundo lugar, se pagarán los gastos de rigurosa conservación y administración de la herencia.

El derecho para reclamar una herencia tiene un periodo de vigencia de 10 años y es transmisible a los herederos.

Las sucesiones pueden ser tramitadas mediante un procedimiento judicial o ante un notario público, independientemente de que sean legítimas o testamentarias; sin embargo, dependerá de cada caso la vía que resulte idónea, pues, por ejemplo, pudiesen existir desacuerdos entre los herederos, y la única vía para resolver estas controversias, es mediante un juicio, ya que los notarios públicos no son autoridades para estos efectos.

Como especialistas en derecho de familia y procedimientos sucesorios testamentarios e intestamentario, nuestra firma ofrece asesoría y representación legal o patrocinio a las personas que buscan resolver la situación patrimonial de la sucesión de la que son herederos y/o legatarios. Puede consultar con un abogado, dando clic aquí.